11 may 2011

JUDAISMO Y CRISTIANISMO II (Felipe Rincón Vásquez, Th. M.)

¿Qué es Judaísmo?
El rabino Dr. Louis Jacobs (Valores del Judaímo 1981) nos dice: «El término «judaísmo» aparece por primera vez en el seno de los judíos de habla griega en el siglo I de la Era Común. Su equivalente hebreo «Iahadut», se encuentra solo ocasionalmente en la literatura medieval, no tiene paralelo en la Biblia, no obstante, en Esther 8,17, «mitiahadim» significa convertirse en judíos. El término «Dat Iehudit», que se encuentra en Ketuvot 7,6, no significa otra cosa que la Ley judía, costumbre o práctica en una determinada instancia»

Durante el período intertestamentario, en que el judaísmo se estaba desarrollando, se hicieron evidentes diversas tendencias –por ejemplo, los fariseos, saduceos, esenios, zelotes y helenistas –pero la situación creada por la destrucción del estado judío en 70 d. C., y confirmada por el aplastamiento de la rebelión de Bar-Kochbá en 135, dejó sin rivales a la interpretación farisaica del judaísmo. Alcanzó su apogeo hacia el 500, siendo sus documentos de autoridad el Talmud, compuesto de la Mishaná y la Gemara y los Midrashim –interpretaciones oficiales de los libros del A. T.).
Una vez que el judaísmo pudo eliminar a los judeocristianos, solo quedó un movimiento que no pudo asimilar, los caraítas, que surgieron en el siglo VIII.

El judaísmo se refiere a los elementos más creativos y dinámicos, manifestados en las diferentes civilizaciones y cultura de los judíos en las diversas etapas de su historia, tales como el Judaísmo Helenista, el Judaísmo Rabínico, el Judaísmo Medieval, el Judaísmo Ortodoxo, el Judaísmo Conservador, el Judaísmo Reformista.

Acerca de la esencia del judaísmo nos dice el rabino Dr. Louis Jacobs que debido al hecho de haberse desarrollado y adaptado a circunstancias cambiantes a través de su larga historia, el judaísmo contiene, énfasis variables, así como evidentes contradicciones. Pero que existe un judaísmo normativo que debe ser preservado externamente, un núcleo imperecedero, conjuntamente con numerosas ideas periféricas, expresadas por grandes pensadores judíos en diferentes épocas, pero no realmente esenciales para la fe y que, de ser necesario, pueden ser descartadas como desviaciones. No obstante, a pesar de los diversos modos y talantes que adopta la historia del judaísmo, surge entre los creyentes una forma de consenso acerca de los temas fundamentales. Y expresa «Siempre se ha reconocido, por ejemplo, luego del surgimiento del Cristianismo y del Islam, que estas dos religiones son incompatibles con el Judaísmo, y de que ningún judío puede, de un modo consecuente, abrazar dichas religiones mientras permanece, al mismo tiempo, adherido al judaísmo».
Esto no quiere decir que no existan puntos de contacto entre el Judaísmo y el Cristianismo, ni tampoco que no hallan temas que sean preocupaciones comunes al judaísmo y al cristianismo. Pero de ahí a un cristiano identificarse como judío reformista, rabino, ortodoxo, etc. Es un una incongruencia e inconsistencia.

El judaísmo desde el punto de vista histórico constituye una amalgama de tres ideas: la creencia en Dios, la revelación que Dios hizo de la Toráh a Israel, e Israel como el pueblo que vive de acuerdo a la Toráh en obediencia a Dios. La interpretación de estas ideas ha variado en las distintas eras, por las ideas en sí han permanecido constantes.
Es posible trazar algunas ideas fundamentales que tuvieron influencia en la configuración del judaísmo:

El monoteísmo ético
Dios es único y es santo y exige santidad, honradez y justicia de su pueblo y de toda la humanidad. Este Dios, Señor de toda la tierra, ha elegido al pueblo de Israel, los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, para servir como nación de sacerdotes.

Ceremonias y leyes éticas
La observancia del sábado, la celebración de festejos de Pascua, circuncisión, dietas, y leyes que gobiernan los aspectos de las relaciones humanas y de la justicia social.

Un sistema tal no puede sino ser legalista. La verdadera observancia de la ley exige virtualmente un ambiente completamente judío. Por eso aparte de la singular unidad de Dios y primacía de la Toráh, y la elección de Israel, toda la controversia es más bien sobre lo que se debe hacer. Yo no entiendo como ciertos cristianos que predican la gracia y la libertad cristiana se pueden identificar como judío. Esto es un sinsentido. Predican en contra del legalismo de las iglesias evangélicas y se someten al legalismo judío. El Judaísmo es una religión de obras.

La idea es que dado que Israel es el pueblo de Dios, se requiere la conversión al judaísmo. Israel es el elegido por Dios. Es cierto que se predica un universalismo pero es dentro de un particularismo. Tanto el universalismo como el particularismo se encuentran en la Biblia, de un modo inseparable. Dios es Padre y Rey de todos los hombres, pero tiene una preocupación especial por Israel. Tiene un pacto con Israel y ciertas bendiciones para Israel. Sin embargo la conversión al judaísmo es posible. El concepto bíblico de «que llega para residir»   -converso al judaísmo –se ha extendido en su significado, interpretándose como un prosélito de la fe judía, aplicándose a él la igualdad de derechos exigida por la Biblia.
Ese deseo de ser partícipe de esos derechos y ser parte del pueblo de Dios hace que muchos se judaícen, practicando todos los ritos y costumbres particulares del judaísmo. El hecho de pensar que Dios a elegido y tiene privilegios que son solo para una etnia en particular –los judíos –es un factor que incita al proselitismo de los judaizantes, además de conseguir el apoyo moral y económico a todo lo que hace esa etnia, aunque fuera genocidio.

Como dice Hank Hanegraaff, los sionistas culturales consideran que la limpieza étnica es una crueldad aceptable, no expresan molestia moral alguna contra ella y dicen que existen circunstancias en la historia que la justifican. Dicen que existen casos en que un buen final justifica los actos crueles que se cometieron en el curso de la historia.
En contraste con los sionistas culturales los sionistas cristianos defienden la limpieza étnica como un mandamiento divino. Dios les ha dado la ciudad de Jerusalén a los judíos solamente, dicen. No pueden apoyar la solución de dos estados en Palestina. Dicen que Palestina le pertenece exclusivamente a los que son judíos por religión o por sangre. El mensaje de estos sionistas es que cualquier nación que obligue a Israel para que ceda su tierra por la paz va a experimentar la ira y el juicio de Dios.
Tales insinuaciones por parte de los sionistas cristianos crean preguntas muy importantes. ¿La promesa a Abraham: A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Efrautes. Me refiero a la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos (Génesis 15,18-21), es un buen razonamiento para la limpieza étnica? ¿Dice la Biblia que Jerusalén es la capital eterna del pueblo judío? ¿Verdaderamente existe la necesidad de reconstruir un templo en este siglo para adorar cuando los verdaderos adoradores no necesitan adorarle más en una montaña de Samaria o en el templo de Jerusalén? ¿Era la tierra el enfoque de nuestro Señor o era el Señor el enfoque de la tierra?
El escritor a los Hebreos emplea específicamente la palabra anti tipo cuando se refiere a la grandeza del santuario celestial de la cual la Tierra Santa, la Ciudad Santa y el santo templo son solamente tipos o sombras (Heb. 9,23-24). Pablo explica a la iglesia en los Corintios que las experiencias de Israel eran figuras de las experiencias de los creyentes bajo el nuevo pacto siendo ejemplo (tipo), y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos (1Cor. 10,11. En su carta a los Romanos, Pablo se refiere a Adán como una figura (literalmente tipo) de Jesucristo (Rom. 5,14). De manera similar, el escritor de los Hebreos explica que el templo terrenal es simplemente copia y sombra del que está en el cielo (8,5) y la ley es solo una sombra de los bienes venideros, y no la presencia misma de estas realidades (10,1). Pablo igualmente les enseñaba a los creyentes de Colosas que las leyes dietéticas, los festivales religiosos y el día de reposo del Antiguo Testamento eran una sombra de las cosas que están por venir, la realidad se halla en Cristo (Col. 2,17). Al mantenerse fiel a su Padre, Jesús hizo lo que Israel no pudo hacer. Jesús, por tanto, es el verdadero Israel y los que se encuentran en él son herederos según las promesas que Dios le hizo a Abraham.
No reconocer esto es el error básico de hermenéutica que los sionistas cristianos cometen y de donde fluyen las otras doctrinas peculiares que caracterizan el movimiento. En ninguna parte podemos ver más claramente un ejemplo de esta mala interpretación sionistas que con respecto a la promesa que Dios hizo a Abraham acerca de la tierra en Génesis 15,18-21.
Los sionistas cristianos están convencidos de que estas promesas que Dios hizo a Abraham, Isaac y Jacob con respecto a la tierra son promesas incondicionales y que todavía no se han cumplido.
Sin embargo a Abrahán no se le prometió un país, a él se le prometió el cosmos. Romanos 4,13 «Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo,  sino por la justicia de la fe». Los cristianos no deben fijar su vista hacia una pequeña área de la tierra, porque Dios le promete el globo entero a su pueblo, en el futuro. La verdadera Israel mediante Cristo, quien se sienta para siempre en el trono de David, alcanzará su cenit cuando el Paraíso perdido de paso al Paraíso restaurado.
Las promesas de la tierra en un futuro cercano fueron cumplidas cuando Josué llevó a los descendientes de Abraham a Palestina. Tal como lo registra el libro de Josué.
Josué 21, versículo 43: «De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres,  y la poseyeron y habitaron en ella.» Y 45 «No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel;  todo se cumplió.» Josué 23:14  «Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra;  reconoced,  pues,  con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,  que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros;  todas os han acontecido,  no ha faltado ninguna de ellas.»
Aún después del exilio de Israel a Babilonia, Nehemías exaltaba la fidelidad de Dios en cumplir las promesas sobre la tierra que había hecho a los patriarcas, y reconoció humildemente que la pérdida de la tierra se debía al pecado del pueblo de Israel, no a una falsa fidelidad o una distribución retardada de parte de Dios.
Nehemías 9:8  y hallaste fiel su corazón delante de ti,  e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo,  del heteo,  del amorreo,  del ferezeo,  del jebuseo y del gergeseo,  para darla a su descendencia;  y cumpliste tu palabra,  porque eres justo.
Nehemías 9:22  Y les diste reinos y pueblos,  y los repartiste por distritos;  y poseyeron la tierra de Sehón,  la tierra del rey de Hesbón,  y la tierra de Og rey de Basán.
Nehemías 9:23  Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo,  y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla.
Al igual que la ley levítica, las promesas con respecto a la tierra encuentran su cumplimiento final en el Señor. Dios no favorece a los judíos por encima de los palestinos ni de ninguna otra nación.
Hechos 10,34-36 «Entonces Pedro,  abriendo la boca,  dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Dios envió mensaje a los hijos de Israel,  anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo;  éste es Señor de todos.»
El escritor de los Hebreos aclara que el descanso que los descendientes de Abraham experimentaron al entrar la tierra es un tipo del descanso que experimentaremos cuando entremos en una relación eterna con el Señor. La tierra proveía un descanso temporal a los descendientes físicos de Abraham, pero el Señor provee un descanso eterno para los descendientes espirituales de Abraham (Hebreos 3 y 4). La tierra nunca fue el enfoque de nuestro Señor; más bien, nuestro Señor es el enfoque eterno de la tierra.
Así también las promesas de la tierra se cumplen totalmente en el futuro final por medio de Jesús al dirigir a los descendientes espirituales de Abraham al Paraíso restaurado. Canaán, por lo tanto, es un símbolo de un cosmos renovado. Por consiguiente, Abraham no era un sionista. Al igual que Isaac y Jacob, veía la vida en la Tierra Prometida de la misma forma que un extranjero ve la vida en un país que no es el suyo. ¿Por qué? Porque como lo específica el escritor de Hebreos: «porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor» (Hebreos 11,10). Abrahán miraba más allá de los límites y las fronteras al día cuando los mansos «recibirán la tierra como herencia».

Conclusión:
1.   Judaísmo significa convertirse en judíos. El término «Dat Iehudit», que se encuentra en Ketuvot 7,6, no significa otra cosa que la Ley judía, costumbre o práctica en una determinada instancia.
2.   El Judaísmo es un sistema legalista. La verdadera observancia de la ley exige virtualmente un ambiente completamente judío. Es una religión de obras.
3.   El judaísmo descansa en tres criterios fundamentales e inseparables: el monoteísmo ético, el cumplimiento de la Ley judía con sus ceremonias y leyes éticas; y la idea de que Israel es el pueblo de Dios y receptor directo de las bendiciones y privilegios de Dios.
4.   Como dice el rabino Dr. Louis Jacobs, no obstante, y a pesar de los diversos modos y talantes que adopta la historia del judaísmo, surge entre los creyentes una forma de consenso acerca de los temas fundamentales y siempre se ha reconocido, luego del surgimiento del Cristianismo y del Islam, que estas dos religiones son incompatibles con el Judaísmo, y de que ningún judío puede, de un modo consecuente, abrazar dichas religiones mientras permanece, al mismo tiempo, adherido al judaísmo».
5.   Los cristianos no deben fijar su vista hacia una pequeña área de la tierra, porque Dios le promete el globo entero a su pueblo, en el futuro. La verdadera Israel mediante Cristo, quien se sienta para siempre en el trono de David, alcanzará su cenit cuando el Paraíso perdido de paso al Paraíso restaurado.
6.   Al igual que la ley levítica, las promesas con respecto a la tierra encuentran su cumplimiento final en el Señor. Dios no favorece a los judíos por encima de los palestinos ni de ninguna otra nación.

Bibliografía: Valores del Judaímo, Keter publishing House Jerusalem Ltd, Israel 1981; Wilton M. Nelson, Diccionario de Historia de la Iglesia, Editoril Caribe.  Hank Hanegraaff El Código del Apocalipsis, EE.UU. 2007

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8 may 2011

JUDAISMO Y CRISTIANISMO I

El objetivo de esta serie es demostrar que el Cristianismo es una religión distinta del Judaísmo, y en tal sentido el cristiano no debe judaizarse, no tiene que prolongar la cultura judía, ni los ritos judíos. El cristianismo mantiene una lectura diferente a la judía, por lo que debe mantener su independencia en cuanto a la cultura y ritos religiosos propios del judaísmo.

El lector, estudioso y teólogo frente a la Escritura debe: 1) Observar lo que dice el texto o pasaje, 2) lo que enseña el texto o pasaje, y 3) aplicar la enseñanza a su vida y comunidad.
Para entender lo que dice el texto o pasaje es necesario tener conocimiento de la cultura en que surgió dicho pasaje, de la estructura del idioma en que se escribió originalmente y del entendimiento del contexto  que fue dirigido el mismo. Puestos que los mismos fueron escritos teniendo en mente unos lectores particulares.
Una vez teniendo lo más claro posible lo que dice el texto en su contexto cultural e histórico, es nuestra responsabilidad procurar extraer cual es la enseñanza o principio que se expone detrás de la letra, norma o figura. Puesto que debemos diferenciar entre «el carácter de Dios-principios» y «mandamientos de Dios-reglas). Es apropiado y necesario preguntar qué dice la Escritura sobre esta acción, pero es más necesario hacer preguntas que vayan más allá de esto; porque hay que ir más allá de la esfera de la Palabra, a los principios que originaron tal o cual normas o conducta. Así debemos buscar el principio para ver lo que nos enseña el pasaje en cuestión. Y en este paso debemos abandonar el entendimiento que tuvo dicho pasaje en la mente de sus primeros receptores, eso lo vemos indicado en Romanos 10:1-3 «Hermanos,  ciertamente el anhelo de mi corazón,  y mi oración a Dios por Israel,  es para salvación.  Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios,  pero no conforme a ciencia. Porque IGNORANDO la justicia de Dios,  y procurando establecer la suya propia,  no se han sujetado a la justicia de Dios;». Los judíos se quedaron con las normas y por eso no conocieron a Dios, no conocieron el carácter de Dios, no buscaron sus principios detrás de las normas. El asunto no es qué fue lo que se dijo sino ¿Qué me dice eso hoy, aquí y ahora?
Después de conocer lo que dice el texto, la enseñanza o principio que contiene, debemos hacer aplicaciones a nuestro contexto. No se trata de repetir las aplicaciones que otros hicieron salir del texto en su momento, de los ritos y formas culturales del folklor o cultura, llámese esta judía o griega. Debemos hacer aplicaciones válidas para nuestra cultura y vida. El asunto es ¿cómo aplicar esos principios que he aprendido hoy? ¿Cómo aplicarlos en mi cultura?

Si tratamos el asunto desde la historia de las Religiones, debemos estar de acuerdo en que el cristianismo es un desarrollo o reinterpretación del judaísmo, o bien una nueva religión surgida desde el seno del «judaísmo» esto indica que no podemos seguir siendo fieles al «judaísmo» si somos «cristianos», ni fieles al «cristianismo» si permanecemos en el judaísmo, puesto que en el tiempo y en espacio se diferenciaron. ¡Hay que definirse! Que se es y que se practica o «judaísmo» o «cristianismo».

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