11 jul 2011

JUDAISMO Y CRISTIANISMO III

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¿A qué tipo de religión pertenece el Judaísmo?

Cicerón dice que la palabra «religión» viene de re-legere, significando, volver a leer, observar cuidadosamente; Lactancio, de re-ligare, significando, adherir, señala el lazo entre Dios y los hombres; Gellio, de re-linguire, significando, separar, la santidad que está separada de lo profano; Leidenroth, de re-legere, mirar hacia atrás con temor.

Me quedaré con la definición dada por Berkoff «La religión consiste en una relación verdadera, viva y consciente entre un hombre y su Dios, determinada por la revelación que de si mismo ha hecho Dios, y expresada en una vida de adoración, comunión y servicio».

La misma palabra «religión» se usa para dos significados distintos aunque relacionados.
Primero: designa el conjunto de textos, ritos, costumbres y otros medios por los que la relación del hombre con Dios adquiere presencia, dimensión e irradiación en la vida, en la sociedad y en la historia (sentido objetivo). Es una ingenuidad y desconocimiento imaginar y querer promover una fe supuestamente pura, desligada de toda encarnación en lo simbólico y en lo social. La fe siempre tendrá que hacer uso de la religión en sentido objetivo. Es como el agua que necesita un continente que la contenga. En segundo sentido, la religión designa, la relación concreta que el hombre vive con su Dios. Se refiere a la vida íntima del hombre que encuentra expresión en diferentes maneras, que se expresa en adoración, comunión y servicio (sentido subjetivo).

Lo que me interesa aquí para el tema que estoy desarrollando es hacer una diferencia entre la religión como método y la religión como una experiencia de fe. Es importante poder distinguir entre la religión como un método de hacerse valer ante Dios y la religión como una experiencia de fe.

La religión del método es aquella que se caracteriza por la conquista de Dios a través de ciertos ritos, cumplimientos, normas, etc., en esta, el ser humano tiene conciencia de un poder divino sobre su existencia y organiza una relación con él. Organiza una religión. Pero la organiza según el modelo de relaciones humanas entre el débil y el poderoso. El débil, por tanto, ha de hacerse valer ante el poderoso, actuar para hacerle reaccionar favorablemente. La religión se convierte así en una iniciativa, en una acción del hombre sobre Dios con miras a provocar en él una reacción, favorable y útil para el hombre; Y puesto que el hombre es débil y el poderoso exigente, aumentar el temor y las angustiosas tentativas de pagar por el pasado, de acrecentar el valor de los sacrificios, para poder algún día, tal vez, satisfacer las exigencias del poderoso.

Pablo en la carta a los Romanos describe la religión de los judíos, basada en la ley; y la de los paganos basada en el rito, como una religión de este tipo. A los judíos Pablo les dice que son unos estupendos religiosos. Tienen un celo por Dios incomparable, pero es un celo equivocado, porque está privado del verdadero conocimiento de Dios. Al tener a Dios por un poder exigente (por medio de la ley exige) y amenazador (el juicio final). A fuerza de obras se asegura contra Dios.
Al pagano Pablo lo describe en el mismo plano que al judío, el de su conocimiento de Dios. El pagano no ignora a Dios, pero como no le conoce, no le da la gloria. No reconoce que el poder de Dios se ejerce a favor del ser humano, que no le es indiferente ni hostil, sino amigo. Por lo que se pone a buscar medios religiosos para influir en la divinidad, para hacerla salir de su indiferencia o de su hostilidad, de ahí la realización de ritos por medio de los cuales consigue el posible dominio del hombre sobre Dios, para captar el poder en su provecho.

Esto crea un religioso del temor y/o de la utilidad. Al religioso del temor lo que lo anima en su relación con Dios es el temor. Así que para este es de mucho valor una fortaleza donde cubrirse, que para el judaísmo es la pertenencia al «pueblo de Dios» y para el religioso cristiano es «la Iglesia fortaleza», allí se dicta lo que hay que creer, lo que hay que hacer, y sobre todo lo que no hay que hacer, los ritos que hay que celebrar, las oraciones que hay que decir. Todo para no recibir el castigo divino.
El religioso de lo útil que también es un metódico tiene al rito en muy alta estima, porque le atribuye el poder de atraerse a Dios y obtener de él una ayuda útil: encontrar vivienda o trabajo tener salud, y otros bienes. Esta religión funciona sobre la base de un contrato muy simple: el trueque, el intercambio.

El judaísmo es una religión basada en el método, lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer para cubrirse de la ira de Dios y para que él le de bendiciones a su pueblo. Es una religión que en lugar de liberar esclaviza y atemoriza al ser humano ante un Dios exigente. Tan santo que está muy separado de sus criaturas.

En cambio el Cristianismo en su verdadera expresión es una religión fruto de agradecimiento y una expresión de fe. En el Cristianismo el ser humano se hace creyente cuando se percibe amado por Dios, beneficiario de la vida de Dios, alcanzado por el deseo de Dios, vivificado por el poder de Dios, y en la medida en que deja de percibir a Dios como poder amenazador al que hay que aplacar o como poder indiferente al que hay que tratar de conmover.

En el Cristianismo esta revelación se llevó a cabo en la resurrección de Jesús: allí es donde el verdadero Dios se reveló plenamente como poder a favor del hombre. Por ello Pablo exclama: ¨ la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a si mismo por mí (Gálatas 2.20). Así que no se trata solo de creer que Dios resucitó a Jesús; se trata de creerse beneficiario de ese mismo poder de vida.

Si Dios es poder a favor del ser humano, el creyente que lo experimenta prolonga activamente, en dirección a los demás, la Vida de la que él ha sido beneficiario por parte de Dios. Ahora bien, en el creyente siempre existe el peligro de sucumbir ante la mentalidad del temor y de esfuerzos desesperados por satisfacer a la ley, porque todavía no dejará de experimentar la insuficiencia, la cobardía y el pecado, y muchas veces trata de evitar la inseguridad, la duda y el error en sus opciones.

Desde la primera presentación del decálogo que constituye el núcleo de la Ley, la Biblia habla de un lenguaje de alianza y de fe, no de religiosidad metódica. En Éxodo 20 dice: ¨Yo soy el Señor tu Dios, que ye he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí; no harás...¨. La lógica es clara, Yo soy tu liberador, dice Dios; actúa pues como liberado.

La religiosidad del método no se queda más que con el decálogo, con los mandamientos, sin la frase que lo introduce y sin su fondo. La religiosidad hace de la ley un recetario que permite al hombre realizar el obrar religioso exigido por Dios, salir airoso de sus exigencias, estar en orden delante de él. La Fe por el contrario observa que el pueblo fue liberado antes de darle la ley, por lo que en lugar de ser un recetario para conseguir... es la expresión, en sus aspectos principales, de una línea de conducta, de una forma de proceder que prolonga entre los hombres la liberación que Dios les pone en su corazón.

De lo anterior concluimos:
1.   El judaísmo es una religión basada en el método, lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer para cubrirse de la ira de Dios y para que él le de bendiciones a su pueblo. Es una religión que en lugar de liberar, esclaviza y atemoriza al ser humano ante un Dios exigente.
2.   El Cristianismo es una religión basada en la expresión de fe. En el Cristianismo el ser humano se hace creyente cuando se percibe amado por Dios, beneficiario de la vida de Dios, alcanzado por el deseo de Dios, vivificado por el poder de Dios, y en la medida en que deja de percibir a Dios como poder amenazador al que hay que aplacar o como poder indiferente al que hay que tratar de conmover.
3.   El Cristianismo hace uso de textos, ritos, costumbres y otros medios por los que la relación del hombre con Dios adquiere presencia, dimensión e irradiación en la vida, en la sociedad y en la historia. Pero más que ello, es una fe, es una relación con Dios que se expresa en adoración, comunión y servicio. El verdadero cristianismo solo hace uso de los medios que la religión pone a su alcance para expresarse.
4.   El Cristianismo es una visión diferente de Dios. Es un trato diferente entre el creyente y su Dios. La Ley de Dios tiene valor pero no como un recetario para conseguir alejarnos de la ira de Dios o para conseguir beneficios.  Es la expresión, en sus aspectos principales, de una línea de conducta, de una forma de proceder que prolonga entre los hombres la liberación que Dios les pone en su corazón. Por medio de ella conocemos el carácter de Dios.

Fuentes consultadas: Berkof L.: ¨Introducción a la Teología Sistemática¨, Libros Desafío, impresión  U.S.A. 1988; Varone Francois: ¨El Dios Ausente. Reacciones religiosa, atea y  creyente¨, Presencia Teológica. Sal Térrea, España 1993.

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