20 dic 2011

LA BIBLIA Y EL LUGAR DE LA MUJER II

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El día 19 de Diciembre del presente año (2011), la Asociación Dominicana de Teólogos Evangélicos tuvo un importante y hermoso conversatorios sobre el lugar de la mujer en la Biblia. Iniciamos con una introducción presentada por Felipe Rincón Vásquez sobre la forma en que ha sido vista la mujer en la iglesia y en la sociedad, y luego nos detuvimos a analizar lo que es el plan original de Dios para la mujer según los primeros dos capítulos de Génesis.
Para el disfrute de todos los teólogos publicamos a continuación la introducción del teólogo Felipe Rincón y luego las notas de los detalles que destacamos en génesis 1 y 2 acerca del plan original de Dios con la mujer.


EL LUGAR DE LA MUJER EN GÉNESIS 1 Y 2
Felipe Rincón Vásquez

Gen 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree… (RV60)
Gen 1:26 Luego Dios dijo: «Ahora hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Tendrá poder sobre… (PDT)
Dios dijo hagamos al ser humano, tanto al masculino como al femenino, conforme a nuestra imagen y para que señoree.
Tanto el hombre como la mujer son portadores de la imagen de Dios. No hay ninguna base en Génesis uno para limitar la imagen de Dios únicamente al sexo masculino.

Gen 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Gen 1:27 Así que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, creó al varón y a la mujer.
La feminidad pertenece a la imagen de Dios tanto como la masculinidad. Dios no es ni masculino ni femenino. Trasciende ambos géneros ya que ambos están comprendidos dentro de su ser.
Los eruditos bíblicos siguen debatiendo el uso de la simbología sexual en la Biblia y de imágenes masculinas para la divinidad, especialmente en el contexto de la investigación de traducciones que usan un lenguaje inclusivo. El uso de masculinidad para la deidad es uno de los elementos que nos ha llegado desde las religiones étnico-celestes, siendo el judaísmo y el cristianismo eminentemente una religión étnico-celeste.

Gen 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Gen 1:28 Y los bendijo diciendo: «Tengan muchos hijos para así poblar el mundo y ejercer control sobre él: dominando a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser vivo que existe en la tierra».
Ya que tanto el hombre como la mujer portan la imagen de Dios, a los dos se les asigna la tarea de gobernar, si referencia alguna a distinciones basadas en el sexo.
Dios prescriben en detalle el gobierno humano sobre los peses del mar, sobre las aves del cielo, sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra, incluyendo a los animales domésticos y a los seres que se arrastran, y sobre toda la tierra (vv. 26,28). Todo el universo creado se organiza cuidadosamente en una jerarquía de orden definida meticulosamente en Génesis uno. Sin embargo, no hay la más mínima indicación de que tal jerarquía exista entre Adán y Eva.
El hecho de que no existen referencias a role de autoridad entre el hombre y la mujer, en un texto que en todos los demás aspectos está calado por el concepto de una organización jerárquica, indica que su relación era de mutualidad en igualdad y que las consideraciones de supremacía de uno sobre otro son ajenas al texto y no deben imponérselas.
Dios no les ordenó a los peces que gobernaran el mar, ni a las aves que gobernaran el aire. Simplemente les ordenó que se reprodujeran y poblaran estas esferas. Dios no le dio al ser humano dominio sobre el sol, la luna, el día y la noche.
Tampoco existe nada en el texto que nos hable de roles dominantes y subordinados entre los animales antes de la caída. Por el contrario el concepto de condiciones ideales carentes de esquemas de dominio y subordinación está indicado en Isaías 11,6-7.
Génesis uno claramente exime de limitaciones jerárquicas internas a la relación entre el hombre y la mujer. La masculinidad y la feminidad se representan como dones divinos que reflejan la diversidad dentro de la imagen de Dios. El texto no permite que se le explote para justificar dicotomías jerárquicas que sí podrían justificar distinciones de roles.

Gen 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Gen 2:18 Entonces el Señor Dios dijo: «No le hace bien al hombre estar solo, haré a alguien que lo ayude y que sea como él». (Así también la N-C, además de PDT)
Para algunos, ayuda significa que el hombre es el jefe y la mujer la criada. Sin embargo, un estudio de la palabra ayuda en la Tanaj ha disipado semejantes conceptos erróneos. Esto porque la misma palabra es usada no para referirse a una persona de menor importancia como un sirviente o un subordinado. Generalmente se le atribuye a Dios cuando está involucrado en actividades de socorro o rescate entre su pueblo.
La palabra hebrea para ayuda en génesis 2,18 y 20 (ezer) aparece unas veinte veces en la Tanaj en citas como Éxodo 18,4; Deuteronomio 33,7.26.29; Salmo 33,20; y otras. El idioma hebreo tiene otras cuatro palabras para ayuda que tienen connotaciones de subordinación. Ninguna de esas palabras se usa en referencia a la mujer en Génesis dos. El rol de la mujer como ayuda adecuada, no lleva en sí la inferencia de subordinación.

Gen 2:21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
Gen 2:22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Gen 2:21 Entonces el Señor Dios hizo que el hombre durmiera profundamente y mientras dormía le quitó una parte de su costado y rellenó esa parte con carne.
Gen 2:22 Después, de esa parte de su costado el Señor Dios hizo una mujer y se la llevó al hombre.
Algunos maestros de la Biblia interpretan la primacía cronológica de Adán, es decir, el hecho de ser formado antes que Eva, como una prueba de la supremacía del hombre sobre la mujer.
En realidad un estudio de Génesis quita toda validez a esta teoría, porque entonces, tanto Adán como Eva caen bajo el dominio de los animales. Según Génesis uno los animales fueron creados primero que los seres humanos. Además si Adán es considerado un prototipo ser primero, Eva sería su máxima expresión.
En ninguna parte del relato de la creación se le ordena al hombre dominar a la mujer, ni se le niega a ella el mismo valor que tiene el hombre debido a su primacía original. Podemos afirmar que el texto de Génesis no confiere ningún significado jerárquico al hecho de que el hombre fue creado antes que la mujer. Su intención es mostrar que tanto el hombre como la mujer fueron creados de una manera especial y de la misma sustancia, que como resultado gozaban, antes de la caída, de una relación de completa mutualidad en igualdad.
La única legislación que contiene la Biblia en cuanto a la primogenitura se decretó bastante tiempo después de la creación, ya que se halla en la ley de Moisés (Deuteronomio 21,15-17). La otra ocasión que contiene la práctica de la primogenitura también aparece más adelante, en la historia de Esaú y Jacob (Génesis 27,19). En los primeros capítulos de Génesis se menciona generación tras generación de familias con muchos hijos, sin alusión a la existencia de regulaciones para las progenituras. Por tanto, es injustificable proyectar hacia atrás sobre la historia de la creación una práctica que no recibe ninguna sanción en el relato original.
Irónicamente, además del caso de Esaú y Jacob, quien perdió su primogenitura, tenemos otra mención bíblica de derechos de primogenitura que tiene que ver con Rubén, quien los había perdido; por lo que no tenemos mucha base para explotar el concepto de primogenitura como un recurso de jerarquía que controle el significado de Génesis uno y dos. La legislación de la primogenitura tenía que ver exclusivamente con los derechos de propiedad, no concedía derechos de liderazgo. Aunque era mayor, Ismael no gobernó a Isaac; Manasés no gobernó a Efraín; Judá el cuarto hermano, recibió la promesa de que sus hermanos se postrarían ante él; David el menor de ocho hermanos fue elegido rey sobre ellos, etc, etc,. La declaración de algunos maestros de que la posición de Adán como el mayor incluía el liderazgo correspondiente a un hijo primogénito es un invento que carece de datos bíblicos. El relato de la creación en Génesis no presenta al hombre como líder de la mujer, ni explícitamente ni por inferencia.
Además la primogenitura tenía que ver con derechos de primacía entre hermanos varones. Si se extienden las consideraciones de primogenitura para aplicarlas, deberían hacerse cumplir principalmente entre parientes masculinos, ya que esa fue su intención original.

Gen 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Gen 2:24 Por esa razón el hombre deja a su papá y a su mamá, se une a su esposa y los dos se convierten en un solo ser.
Por tanto, o por esa razón… es una aplicación que deriva el autor de Génesis de la expresión de Adán. El hecho de que tanto Jesús como Pablo apelen a ella en sus enseñanzas es testimonio de su importancia.
La independencia que goza el hombre al casarse y formar una unidad separada como una sola carne habla en contra de la estructura familiar patriarcal como la intención de Dios para la organización de la creación antes de la caída.
En este versículo la mujer representa el punto estable de referencia. El hombre se mueve hacia ella luego de dejar a sus padres. El se une a la mujer, no se añade ella a la vida de él. El suma su vida a la de ella cuando se une a ella. El procedimiento mediante el cual el hombre se separa de su padre y se une a su esposa de ninguna manera refleja una sociedad dominada por el patriarcado.
El contraste entre este modelo original y las condiciones que produjo la caída es chocante. Después de la caída, una vez que se institucionalizó el modelo patriarcal en la organización de la sociedad, la esposa se alejaba de su hogar y se unía a su esposo en la casa de su padre y bajo su jurisdicción.
El destino del vínculo paterno es su rompimiento, ya que el hombre deja a su padre y a su madre. Pero la unión de la pareja en una sola persona es indisoluble por definición.
Las enseñanzas de este texto prueban que las nociones de distinciones jerárquicas o diferencias de posición entre el hombre y la mujer eran totalmente inexistentes cuando Dios diseñó la creación.

CONCLUSIÓN:
1. No hay ninguna base en Génesis uno para limitar la imagen de Dios únicamente al sexo masculino.
2. La feminidad pertenece a la imagen de Dios tanto como la masculinidad.
3. Génesis uno claramente exime de limitaciones jerárquicas internas a la relación entre el hombre y la mujer.
4. El rol de la mujer como ayuda adecuada, no lleva en sí la inferencia de subordinación.
5. El texto de Génesis no confiere ningún significado jerárquico al hecho de que el hombre fue creado antes que la mujer. El relato de la creación en Génesis no presenta al hombre como líder de la mujer, ni explícitamente ni por inferencia.
6. Según Génesis la mujer representa el punto estable de referencia.

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